Júpiter
(Mitología griega, similar al dios griego, Zeus) es la principal deidad
romana, irradiaba luminosidad, tenía el poder del rayo y el trueno.
Hijo menor de Saturno y de Ops (Titanes), sus hermanos los dioses
Neptuno, Plutón, Vesta, Ceres, y Juno. Para los romanos Júpiter era
considerado el padre de los mortales y de los dioses.
Saturno temiendo que alguno de sus hijos lo sacara del trono, conforme nacían los devoraba, Ops la esposa que acababa de tener otro hijo (Júpiter), para que no se lo comiera envolvió unas piedras en un pañal como si fuera el bebe, Saturno venciendo el destino se lo tragó. Júpiter fue ocultado en Creta, las ninfas Amaltea, Adrastea lo cuidaron, cuenta la leyenda que Amaltea lo amamantó con y también le daba leche de cabra Amaltea siempre decía; que Júpiter era su hijo de Leche y él siempre la respetó y la honró.
Cuando creció Júpiter se enfrentó a su padre Saturno y lo obligo a vomitar a sus hermanos, hubo guerra familiar entre Saturno y su descendencia. Los Titanes y Saturno se unieron, pero fueron vencidos como castigo los enviaron al Tártaro.
Jupiter, Neptuno y Pluton
Júpiter gobernó el cielo, distribuyó el mar y el mundo de los muertos, Neptuno y Plutón, la tierra la gobernaría los tres. Júpiter fue para los romanos como un dios poderoso que recorría el imperio en un carro tirado por cuatro briosos caballos blancos, señor de cielo, las nubes, la lluvia, el trueno y el rayo lo identificaban como
el águila y por lo fuerte con el roble. Júpiter era una divinidad,
fuerte, atractiva, audaz fue objeto de creaciones artísticas. Era
portador de las pasiones más comunes de los mortales incluso de los más
controvertidos.
Los Amores de Jupiter
Tuvo una vida amorosa conflictiva, disfrutó pasiones con pléyades de amantes mortales y divinas, tenía una relación matrimonial con su esposa – hermana, Juno que era muy celosa y con mucha justificación.
Maestro del disfraz, Júpiter se entregó a las doncellas más hermosas de origen divino o mortal, aun como dios se cuidaba de la ira de su esposa que le repetía que la adoraba. Así Júpiter, como Zeus, se transformaba en formas fantásticas para llamar la atención de las bellas mujeres, en un cisne, en un toro hasta se convertía en lluvia.
Juno fue su esposa legítima, fue la diosa protectora del matrimonio (así como Hera, esposa Zeus en la mitología griega).
Alcmena, fue uno de sus amoríos más famosos con ella concibió a Hércules ella
era esposa de Anfitrión, jefe de Micenas. Convertido en un seductor
sátiro se unió a la bella doncella, con Antíope, hija del rey Nicteo de
Beocia.
Protegida de Diana, hija de Júpiter, Calisto también fue su amante se unió a ella tomando la figura de la diosa cazadora. De esta relación nació Arcade, Juno descubrió al díscolo marido y convirtió a la joven en una osa, Júpiter, le otorgó un sitio a su amante e hijo en el universo, las constelaciones de la Osa Mayor y Osa menor. Los conflictos de matrimonio se seguían él tendría que cuidarse de los arrebatos de venganza de su esposa
Climente, su amante tuvo por hijo al gigante Atlas, fue condenado a soportar el peso del firmamento sobre su espalda.
Dánae de esta pasión nació el legendario Perseo, Dánae era hija de Acrisio, rey de Argos, ella en su espalda llevaba el oráculo.
La ninfa Dione, hija de Urano y Tetis de esta relación nació una de las diosas más importante del panteón romano, Venus.
Egina,
una ninfa del rio de Beocia fue victima de las pasiones de Júpiter,
esta vez el se transformó en una llama ardiente, para luego sorprender a
la muchacha con ella tuvo dos hijos, Eaco y Radamanto. Juno los
descubrió antes que hiciera una cruel venganza él a Egina la convirtió
en una Isla.
Io hija del dios de los ríos, Júpiter la hizo suya, Juno se preparó para arruinarle su nueva aventura, él, la convirtió en una vaca, para esquivar el enojo de su esposa.
Las otras amantes, Europa, Leda, Letona, Semele, Taigeta, Maya, Ceres, Temis, Mnemósine.
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